Descubre la verdad detrás de la cleptomanía: 6 mitos que te sorprenderán

La cleptomanía es un trastorno mental poco comprendido que genera un gran estigma social. Muchas personas asocian el robo impulsivo con la simple avaricia o el crimen, ignorando la profundidad del sufrimiento que experimentan quienes padecen esta condición. En este artículo, exploraremos qué es la cleptomanía, desmentiremos mitos comunes y ofreceremos una visión más clara sobre este trastorno.
- Definición y características de la cleptomanía
- Desmitificando la cleptomanía
- Mito 1: Los cleptómanos disfrutan robando y no sienten culpa
- Mito 2: Los cleptómanos roban siempre que pueden y son incurables
- Mito 3: Los cleptómanos son ladrones profesionales y sus robos son premeditados
- Mito 4: Los cleptómanos pueden controlar su deseo de robar si quisieran
- Mito 5: Los cleptómanos son personas locas o enajenadas
- Diferencias entre cleptómanos y ladrones comunes
- Terapias efectivas para la cleptomanía
- La importancia de la comprensión y la empatía
Definición y características de la cleptomanía
La cleptomanía es un trastorno mental que se clasifica en el grupo de los trastornos del control de impulsos, tal como se detalla en el Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). Este trastorno se caracteriza por una dificultad recurrente para controlar los impulsos de robar, incluso cuando el individuo no tiene necesidad de los objetos sustraídos.
Las personas que sufren de cleptomanía experimentan un impulso incontrolable que se manifiesta a través de pensamientos obsesivos sobre el acto de robar. Este impulso está frecuentemente acompañado de una sensación de tensión y ansiedad antes de cometer el robo, y un alivio momentáneo y una sensación de euforia después de llevar a cabo el acto. Sin embargo, esta euforia es a menudo seguida por sentimientos de culpa y vergüenza.
Criterios diagnósticos para la cleptomanía
El diagnóstico de cleptomanía se basa en una serie de criterios que deben ser evaluados por un profesional de la salud mental. Estos criterios incluyen:
- Dificultad para controlar los impulsos de hurtar, incluso en objetos de escaso valor o que no son necesarios.
- Sensación de tensión o ansiedad antes de cometer el robo.
- Sentimientos de alivio o euforia tras el acto de robar.
- El robo no está motivado por un deseo de venganza o por un episodio psicótico.
- La conducta no se explica por otro trastorno como el trastorno antisocial de la personalidad.
Comorbilidad entre la cleptomanía y otros trastornos
Las personas con cleptomanía a menudo presentan otros trastornos mentales que pueden complicar su situación. Algunos de los trastornos más comunes que coexisten con la cleptomanía son:
- Trastornos de ansiedad, que pueden aumentar la sensación de tensión previa al robo.
- Trastornos del estado de ánimo, como la depresión, que pueden contribuir a la impulsividad.
- Trastornos relacionados con el control de impulsos, como la ludopatía.
Además, los cleptómanos pueden clasificarse en tres grupos según la frecuencia de sus robos: esporádicos, episódicos y crónicos, lo que influye en la gravedad del trastorno y la necesidad de intervención.
Desmitificando la cleptomanía
La cleptomanía ha sido objeto de numerosos mitos y malentendidos a lo largo del tiempo. A continuación, abordaremos algunos de estos mitos y ofreceremos la realidad detrás de ellos.
Mito 1: Los cleptómanos disfrutan robando y no sienten culpa
Contrario a esta creencia, el cleptómano experimenta una mezcla de emociones negativas antes de robar, incluyendo ansiedad y tensión. Aunque después del acto pueda haber un alivio, este no se asocia con el placer, sino con la mitigación de la angustia. La culpa y el remordimiento suelen ser abrumadores después del robo.
Mito 2: Los cleptómanos roban siempre que pueden y son incurables
La frecuencia de los robos en cleptómanos varía significativamente. No todos robarán en cada oportunidad, y existen tratamientos eficaces que pueden ayudar a reducir la ansiedad y, por ende, la necesidad de hurtar. Las terapias conductuales han mostrado resultados positivos en el tratamiento de esta condición.
Mito 3: Los cleptómanos son ladrones profesionales y sus robos son premeditados
Los cleptómanos no tienen la capacidad de planificar sus robos de la misma manera que un ladrón común. Su comportamiento se basa en un impulso interno y no en un deseo de lucrarse. No hay una escalada en sus robos, ya que no buscan hacer de esto su modo de vida.
Mito 4: Los cleptómanos pueden controlar su deseo de robar si quisieran
Este mito es completamente erróneo. Aunque los cleptómanos son conscientes de que robar está mal, no pueden gestionar su impulso de hacerlo. Es similar a la lucha que enfrenta un ludópata: el deseo de robar se convierte en una necesidad imperiosa.
Mito 5: Los cleptómanos son personas locas o enajenadas
Lejos de ser "locos", los cleptómanos pueden llevar vidas normales y funcionales. No presentan síntomas delirantes o paranoicos. Con el tratamiento adecuado, muchos pueden llevar una vida plena y satisfactoria, a pesar de las dificultades que enfrentan debido a su trastorno.
Diferencias entre cleptómanos y ladrones comunes
Es crucial distinguir entre un cleptómano y un ladrón común, ya que sus motivaciones y comportamientos son radicalmente diferentes. Algunas de las diferencias clave son:
- Motivación interna: Los cleptómanos actúan por un impulso incontrolable, mientras que los ladrones lo hacen por convicción y premeditación.
- Características psicopáticas: Los ladrones pueden exhibir rasgos de egocentrismo o perversidad, mientras que los cleptómanos no suelen tener estos rasgos.
- Objetivo del robo: Los ladrones buscan obtener un beneficio económico, mientras que los cleptómanos roban sin importar el valor del objeto.
- Conciencia moral: A diferencia de los ladrones, los cleptómanos son conscientes de que su conducta es incorrecta, pero no pueden evitarla.
- Sentimientos de culpa: Los cleptómanos experimentan una intensa culpa tras robar, a diferencia de muchos ladrones que pueden justificar su conducta.
Terapias efectivas para la cleptomanía
El tratamiento para la cleptomanía puede incluir enfoques farmacológicos y conductuales. Los medicamentos, como los antidepresivos, se utilizan a menudo para regular la serotonina y ayudar a controlar los impulsos. Sin embargo, las terapias conductuales, especialmente aquellas que se centran en la cognición, han demostrado ser particularmente efectivas.
La terapia cognitivo-conductual puede ayudar a los pacientes a identificar y modificar sus pensamientos y comportamientos asociados con el robo. Otra estrategia recomendada es la creación de una red de apoyo, donde los cleptómanos puedan compartir sus experiencias con un ser querido que actúe como un “vigilante” para ayudarles a manejar sus impulsos.
Para más información sobre la cleptomanía y su tratamiento, puedes ver este video que ofrece una visión profunda sobre el trastorno:
La importancia de la comprensión y la empatía
La cleptomanía es un trastorno complejo que requiere de comprensión y empatía. La estigmatización de quienes lo padecen solo perpetúa su sufrimiento y dificulta su recuperación. La educación sobre este trastorno es fundamental para desmitificar creencias erróneas y ofrecer a los afectados el apoyo que necesitan.
Es esencial fomentar un ambiente donde quienes sufren de cleptomanía puedan buscar ayuda sin miedo al juicio. Con la atención y el tratamiento adecuados, es posible vivir una vida plena y satisfactoria a pesar de los desafíos que presenta este trastorno.
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