Descubre el poder oculto de la terapia EMDR y transforma tu vida tras un trauma

Cuando hablamos de trauma, muchas veces se nos viene a la mente la idea de eventos devastadores y chocantes. Sin embargo, hay heridas menos evidentes que también pueden dejar huellas profundas en nuestro bienestar emocional y psicológico. A menudo, estas experiencias pueden parecer menores en comparación con otras, pero el cuerpo y el cerebro las recuerdan como si hubieran ocurrido ayer. Para abordar estos traumas, la terapia EMDR se presenta como una opción valiosa.

Aunque no es tan conocida como otras formas de terapia, EMDR ha ido ganando reconocimiento a lo largo de los años. Recientemente, varias figuras públicas han compartido sus experiencias positivas con esta técnica, contribuyendo a su visibilidad y aceptación en el ámbito de la salud mental.

Índice
  1. EMDR: qué es y qué lo diferencia de otras terapias
  2. Por qué este enfoque terapéutico puede ser transformador
  3. ¿Cuándo puede ser útil la terapia EMDR?
  4. Así se vive una sesión de EMDR
  5. Si estás considerando probar EMDR, ten en cuenta esto
    1. 1. Busca un profesional capacitado
    2. 2. No dudes en hacer preguntas
    3. 3. Evalúa tu comodidad desde el principio
    4. 4. Comparte tus expectativas
    5. 5. Prepárate para abordar emociones intensas
  6. Otra forma de quitar peso a los recuerdos que duelen
  7. Newsletter PyM
  8. La pasión por la psicología también en tu email

EMDR: qué es y qué lo diferencia de otras terapias

La terapia EMDR, o Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares, fue desarrollada en los años 80 por la psicóloga Francine Shapiro. Su descubrimiento se basó en una observación sencilla pero poderosa: al mover los ojos mientras recordaba eventos dolorosos, notaba que su malestar emocional disminuía. Esta experiencia inicial llevó a la creación de una metodología que ha sido validada y reconocida por organizaciones internacionales, incluyendo la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Americana de Psicología (APA).

La esencia de EMDR radica en cómo procesamos y almacenamos los recuerdos en nuestro cerebro. Cuando experimentamos un evento altamente estresante o traumático, a menudo carecemos de las herramientas necesarias para procesarlo adecuadamente. Como resultado, el recuerdo se "congela" junto con sus emociones, afectando nuestro comportamiento y bienestar en el presente. En una sesión de EMDR, el terapeuta guía al paciente para que se concentre en esos recuerdos mientras utiliza estímulos bilaterales, como movimientos oculares, toques alternos o sonidos, facilitando así un procesamiento más adaptativo de la información.

Por qué este enfoque terapéutico puede ser transformador

La terapia EMDR se centra no solo en el contenido del recuerdo, sino también en las emociones y sensaciones físicas que lo acompañan. Este enfoque integral permite que la memoria se procese de una manera diferente, lo que puede transformar la forma en que se vive el recuerdo. Aunque los recuerdos en sí no desaparecen, la carga emocional que los acompaña puede disminuir significativamente, permitiendo que el individuo los integre como parte de su historia sin que estos interfieran en su vida diaria.

Un aspecto crucial de EMDR es que no es necesario revivir el trauma ni relatarlo en detalle. La terapia se enfoca más en cómo el individuo ha vivido esa experiencia, lo que la hace especialmente útil para aquellos que han enfrentado situaciones difíciles y no desean volver a contarlas repetidamente.

¿Cuándo puede ser útil la terapia EMDR?

La terapia EMDR es comúnmente empleada en el tratamiento del Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), pero también puede ser efectiva en una variedad de otras situaciones, como:

  • Recuerdos que continúan afectando tu vida, independientemente de cuándo ocurrieron.
  • Experiencias que provocan malestar físico o emocional.
  • Casos de bullying, abuso o relaciones tóxicas.
  • Ansiedad de origen desconocido.
  • Sentimientos persistentes de culpa o vergüenza asociados a experiencias pasadas.

No siempre es necesario que se trate de un "trauma" en el sentido clásico; a veces, son experiencias que han dejado marcas sutiles pero duraderas. Si sientes que algo del pasado sigue afectándote en el presente, vale la pena explorar cómo EMDR puede ayudarte.

Así se vive una sesión de EMDR

Una sesión de EMDR comienza con la creación de un espacio seguro y la enseñanza de técnicas de autorregulación emocional. Esto es fundamental para que el paciente se sienta preparado para abordar recuerdos difíciles. Una vez que se ha establecido una relación de confianza, se elige un recuerdo específico para trabajar.

No es necesario detallar todo el recuerdo, pero sí identificar aspectos clave como una imagen, una emoción, una sensación corporal y una creencia negativa asociada, por ejemplo, "no soy suficiente" o "esto es culpa mía". A continuación, se establece una creencia positiva que el paciente desea integrar, como "soy valioso" o "tengo el control de mi vida".

Con estos elementos claros, comienza el proceso de reprocesamiento. Mientras el paciente mantiene el recuerdo en mente, el terapeuta guía la estimulación bilateral. Esta técnica ayuda a reorganizar la experiencia en el cerebro, permitiendo que el individuo sienta cómo la carga emocional se aligera, a menudo de manera rápida y efectiva.

Finalmente, se refuerza la nueva creencia positiva, asegurándose de que no solo sea un pensamiento, sino que se sienta como una verdad interna. Se revisa cualquier tensión corporal que pueda haber quedado, trabajando para liberarla y así integrar el cambio a nivel mental, emocional y físico.

Si estás considerando probar EMDR, ten en cuenta esto

Antes de comenzar un proceso terapéutico con EMDR, es importante considerar algunos aspectos clave:

1. Busca un profesional capacitado

Asegúrate de que el terapeuta tenga una formación especializada en EMDR, con certificación de organizaciones reconocidas como EMDR Europe o EMDR Iberoamérica.

2. No dudes en hacer preguntas

Preguntar sobre la experiencia del terapeuta, los tipos de casos que maneja y cómo planea trabajar contigo es fundamental para establecer confianza.

3. Evalúa tu comodidad desde el principio

Es esencial sentirte escuchado y respetado. Si el terapeuta se toma el tiempo para explicarte el proceso sin apresurarte, eso es una buena señal.

4. Comparte tus expectativas

Hablar sobre lo que esperas de la terapia y tus inquietudes desde el principio puede ayudar a establecer un enfoque claro y realista.

5. Prepárate para abordar emociones intensas

Es posible que surjan recuerdos o sensaciones poderosas durante las sesiones. Tener herramientas de autocuidado a la mano y poder discutir estas emociones con tu terapeuta puede ser muy beneficioso.

Otra forma de quitar peso a los recuerdos que duelen

Una de las características más poderosas de la terapia EMDR es que no requiere revivir el trauma para sanar. En lugar de eso, permite a las personas cambiar la forma en que llevan esos recuerdos en su interior. Esto puede ser crucial para aquellos que, aunque no han vivido eventos extremos, sienten el peso de experiencias que aún les afectan.

EMDR te ayuda a confrontar esos recuerdos de manera segura, y poco a poco, a liberarte de la carga emocional que los acompaña. No se trata de borrar el pasado, sino de aprender a vivir el presente sin que esos recuerdos dolorosos interfieran en tu vida diaria.

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