Descubre la sorprendente razón por la que tu hijo vuelve a comportarse como un bebé y cómo manejarlo eficazmente

El proceso de crecimiento y desarrollo en la infancia es fascinante y, a menudo, complejo. En esta etapa, los niños pueden presentar comportamientos que parecen contradecir su aprendizaje previo, un fenómeno conocido como regresiones infantiles. Este artículo explora en profundidad este tema, desvelando sus causas, manifestaciones y cómo los padres pueden brindar el apoyo necesario para ayudar a sus hijos en estos momentos de vulnerabilidad.
- ¿Qué son las regresiones infantiles y qué las ocasiona?
- ¿Cómo se manifiestan las regresiones infantiles?
- ¿Cómo pueden los padres acompañar las regresiones infantiles?
- Regresiones en el desarrollo: un fenómeno común
- ¿Por qué mi hijo se comporta como un bebé?
- Regresión en el control de esfínteres: un desafío común
- ¿Qué hacer cuando un niño tiene un retroceso?
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¿Qué son las regresiones infantiles y qué las ocasiona?
Las regresiones infantiles son episodios temporales donde un niño vuelve a comportamientos o habilidades que había superado previamente. Según Juan Arias, neuropsicólogo infantil y especialista en trastornos del aprendizaje, este proceso no debe ser confundido con un verdadero retroceso; más bien, se trata de un proceso natural de aprendizaje. La necesidad de los niños de explorar el mundo puede generar ansiedad, lo que a su vez puede llevarles a adoptar comportamientos más infantiles, que les proporcionan una sensación de seguridad.
Las causas de estas regresiones pueden ser diversas, incluyendo:
- Cambios en el entorno: La llegada de un nuevo hermano, un cambio de escuela o mudanzas pueden desencadenar estos comportamientos.
- Experiencias emocionales intensas: Situaciones como la muerte de un ser querido o el divorcio de los padres pueden provocar regresiones.
- Presiones externas: El inicio de la escuela, el acercamiento a nuevas responsabilidades o la presión por alcanzar ciertas expectativas pueden generar ansiedad.
- Momentos de estrés: Eventos que alteran la rutina diaria del niño, como una enfermedad o la pérdida de un objeto querido, pueden influir.
¿Cómo se manifiestan las regresiones infantiles?
Las regresiones pueden presentarse de diversas formas, y cada niño las experimenta de manera única. Sin embargo, hay ciertos comportamientos comunes que pueden indicar que un niño está atravesando este tipo de fase:
- Reaparición de hábitos anteriores: Puede ser que vuelva a pedir un chupete, un biberón o incluso papillas, a pesar de haber dejado estos hábitos atrás.
- Dificultades en el sueño: Aparecen pesadillas, terrores nocturnos o una resistencia a dormir solo.
- Problemas de control de esfínteres: Un niño que ya no moja la cama puede empezar a hacerlo nuevamente, incluso durante el día.
- Alteraciones en el habla: Es común que los niños regresen a un lenguaje más infantil, usando palabras o frases que no corresponden a su edad.
¿Cómo pueden los padres acompañar las regresiones infantiles?
Acompañar a un niño durante una regresión requiere comprensión y paciencia. Según Ana María Aranda, psicóloga infantil, es fundamental que los padres mantengan una actitud de apoyo constante. Aquí hay algunas estrategias recomendadas:
- Aceptar y normalizar la situación: Las regresiones son una parte natural del desarrollo. Aceptarlas permite a los padres ofrecer apoyo sin añadir presión.
- Evitar el enfado y el castigo: Dado que estos comportamientos buscan recuperar una sensación de seguridad, castigar o reprimir al niño puede intensificar su ansiedad.
- Fomentar la comunicación: Escuchar al niño y ofrecer un espacio seguro para expresar lo que siente puede ayudar a comprender su perspectiva.
- Usar un lenguaje positivo: Frases como "estás creciendo" o "es normal sentirse así" pueden ser más alentadoras que comentarios negativos.
- Consultar a un profesional: Si las regresiones persisten o causan un sufrimiento significativo, buscar la ayuda de un experto puede ser beneficioso.
Regresiones en el desarrollo: un fenómeno común
Las regresiones no son solo una experiencia aislada de ciertos niños; son un fenómeno común en el desarrollo infantil. En ocasiones, pueden reflejar cambios en el entorno familiar o escolar. Por ejemplo, un niño puede mostrar regresiones tras la llegada de un hermano, ya que esta nueva dinámica familiar puede generar celos o inseguridad.
Es importante destacar que, aunque estas regresiones pueden ser preocupantes para los padres, suelen ser temporales y parte del proceso de adaptación del niño a nuevas circunstancias.
¿Por qué mi hijo se comporta como un bebé?
Cuando un niño comienza a mostrar comportamientos que se asocian a etapas más tempranas de su desarrollo, es natural que surjan dudas en los padres. Es esencial recordar que este comportamiento no significa que el niño haya olvidado lo que ha aprendido. Más bien, es una respuesta a situaciones que generan ansiedad o inseguridad. Algunas de las razones pueden incluir:
- Ansiedad por separación: Al enfrentar nuevas experiencias, como el inicio de la escuela, un niño puede buscar comportamientos que le brinden un sentido de seguridad.
- Competencia emocional: Algunos niños pueden no tener las herramientas emocionales necesarias para manejar situaciones estresantes, lo que les lleva a buscar el consuelo de comportamientos anteriores.
- Imitación: Los niños son observadores naturales, y pueden imitar comportamientos que ven en otros niños o en su entorno.
Regresión en el control de esfínteres: un desafío común
El control de esfínteres es una de las habilidades que a menudo se ven afectadas durante las regresiones. Es normal que un niño que haya dominado esta habilidad vuelva a tener accidentes. Este comportamiento puede ser frustrante para los padres, pero es importante recordar que suele ser temporal. Las causas incluyen:
- Estrés emocional: Cambios en la vida del niño, como el inicio de la escuela, pueden desencadenar esta regresión.
- Enfermedad: Una enfermedad o malestar físico puede hacer que un niño vuelva a mojar la cama.
- Presión para ser "adulto": A veces, los niños pueden sentir una presión para comportarse como si fueran mayores, lo que puede generar ansiedad y dar lugar a regresiones.
Para ayudar a su hijo en este aspecto, los padres pueden implementar estrategias como mantener una rutina constante, ofrecer apoyo emocional y celebrar pequeños logros en el proceso de recuperación del control de esfínteres.
Si deseas profundizar más en este tema, te recomendamos el siguiente video, que ofrece valiosos consejos sobre cómo acompañar a los niños durante sus regresiones:
¿Qué hacer cuando un niño tiene un retroceso?
Cuando un niño presenta comportamientos regresivos, es esencial actuar con calma y comprensión. Algunas recomendaciones incluyen:
- Observar y comprender: Identificar los desencadenantes de la regresión puede ayudar a los padres a abordar el problema de manera más efectiva.
- Proporcionar un espacio seguro: Crear un entorno donde el niño se sienta cómodo para expresar sus emociones puede facilitar la superación de la regresión.
- Ser pacientes: Recordar que las regresiones son temporales y que cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo.
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