Descubre cómo las emociones están transformando el capitalismo y dando vida al homo sentimentalis

Las emociones son una parte fundamental de la experiencia humana, y su interpretación y gestión han evolucionado a lo largo del tiempo. Hoy en día, el contexto económico y social influye profundamente en cómo percibimos y actuamos en función de nuestras emociones. La socióloga Eva Illouz explora este fenómeno en su obra Intimidades Congeladas, donde analiza cómo el capitalismo ha instrumentalizado nuestras emociones. Pero, ¿cómo ha cambiado nuestra relación con los sentimientos en el contexto del capitalismo? A continuación, profundizaremos en esta cuestión.

Índice
  1. Qué son las emociones y su relación con el capitalismo
  2. Un nuevo estilo emocional
  3. El papel de la psicología en la gestión empresarial
  4. El papel de la psicología en el ámbito familiar
  5. La racionalización de las relaciones emocionales
  6. El impacto de las emociones en la sociedad contemporánea
  7. La pasión por la psicología también en tu email

Qué son las emociones y su relación con el capitalismo

Las emociones son consideradas como una intersección entre “significados culturales y relaciones sociales”. Desde esta perspectiva, Illouz señala que las emociones implican una combinación de “cognición, afecto, evaluación, motivación y cuerpo”, lo que les otorga una energía capaz de movilizar la acción humana.

Además, presenta las emociones como fenómenos que, a menudo, operan en un plano “prerreflexivo y semiconsciente”. Esto significa que están profundamente influenciadas por contextos sociales y culturales, muchas veces sin que seamos conscientes de ello. Este marco interpretativo es clave para entender cómo el capitalismo ha moldeado y aprovechado nuestras emociones.

Un nuevo estilo emocional

A partir del siglo XX, la difusión del discurso terapéutico, impulsado por la psicología clínica, generó un “nuevo estilo emocional”. Este estilo no solo redefine la relación entre el individuo y los demás, sino que también establece nuevas normas sociales sobre cómo debemos sentir y expresar nuestras emociones.

Entre los elementos más significativos de esta “nueva imaginación interpersonal” se encuentran:

  • La familia nuclear: Se convierte en el núcleo central para la formación del yo.
  • La vida cotidiana: Los eventos ordinarios son cruciales para definir lo que consideramos normal y patológico.
  • La sexualidad: El sexo y el placer se vuelven ejes centrales de esta nueva narrativa emocional.

Desde la década de 1920, este nuevo enfoque se propagó a través de la “literatura de consejos”, popularizando un lenguaje psicoanalítico que se hizo omnipresente, incluso en entornos empresariales. Esto permitió no solo la comprensión del yo, sino que también influyó en la gestión emocional de los trabajadores.

El papel de la psicología en la gestión empresarial

Illouz argumenta que el lenguaje psicológico tuvo un impacto significativo en la formación del discurso alrededor de la individualidad en el ámbito empresarial. Este enfoque ayudó a desplazar la lucha de clases hacia un marco emocional, centrando la atención en la personalidad del trabajador en lugar de sus condiciones laborales.

Sin embargo, es importante destacar que los usos de la psicología en el ámbito empresarial no fueron exclusivamente mecanismos de control. También contribuyeron a generar un entorno de igualdad y cooperación:

  • Fomentaron relaciones más equilibradas entre trabajadores y gerentes.
  • Establecieron un modelo de comunicación basado en la empatía.
  • Crearon un espacio donde las emociones se convirtieron en herramientas para alcanzar objetivos comunes.

Así, la capacidad de reconocer y comunicar emociones se convirtió en una estrategia crucial para la competencia profesional, facilitando un modo de producción flexible y adaptativo. Illouz resume este fenómeno al señalar que “el capitalismo emocional reorganizó las culturas emocionales y estrechó el vínculo entre emociones y acción instrumental”.

El papel de la psicología en el ámbito familiar

La influencia de la psicología no se limitó a las empresas; también irrumpió de lleno en la esfera familiar. Con el crecimiento de la clase media en los países capitalistas avanzados, el mercado de servicios terapéuticos se expandió considerablemente. Este fenómeno se vio respaldado por el auge del feminismo en la década de 1970, que buscaba abordar temas relacionados con la familia y la sexualidad.

Ambos movimientos, el terapéutico y el feminista, transformaron lo que había sido considerado privado en un asunto público y político. Esta transformación se basaba en la noción de que las relaciones afectivas deben estar fundamentadas en la igualdad y el respeto mutuo.

La racionalización de las relaciones emocionales

Con el surgimiento de un nuevo paradigma igualitario en las relaciones íntimas, se comenzó a sistematizar de manera racional los valores y creencias que sustentan estas relaciones. Esto llevó a que la vida emocional y las conexiones interpersonales se convirtieran en “objetos mensurables y calculables”.

La racionalización de estas relaciones implica que los vínculos afectivos son ahora susceptibles de ser analizados bajo criterios de costo-beneficio, lo cual les resta su particularidad y los convierte en objetos cognitivos comparables. Este proceso ha generado una sensación de indeterminación y transitoriedad en las conexiones emocionales, afectando tanto a las relaciones amorosas como a las amistades.

El impacto de las emociones en la sociedad contemporánea

Las emociones han tomado un papel protagónico en la cultura contemporánea, afectando no solo las interacciones personales, sino también las dinámicas sociales y económicas. Este “capitalismo emocional” se manifiesta en diversas áreas:

  • Publicidad: Las marcas utilizan tácticas emocionales para conectar con los consumidores, apelando a sus sentimientos y deseos más profundos.
  • Redes sociales: La digitalización ha transformado la forma en que compartimos y gestionamos nuestras emociones, creando una cultura de la inmediatez.
  • Salud mental: Un mayor enfoque en la salud emocional ha llevado a un aumento en la demanda de terapias y servicios psicológicos.

En definitiva, el análisis de Illouz nos invita a reflexionar sobre cuán profundamente el capitalismo ha moldeado no solo nuestras emociones, sino también nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos. Además, este tema se enriquece al considerar cómo la cultura emocional influye en el desarrollo de nuevas formas de interacción social.

Para aquellos interesados en explorar más sobre este tema, les compartimos un video que profundiza en la relación entre la cultura emocional y el capitalismo:

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