Descubre cómo tus genes pueden sabotear tu felicidad y el sistema de recompensa de tu cerebro

La depresión es una enfermedad mental que afecta a millones de personas alrededor del mundo. A pesar de la creciente conciencia sobre este trastorno, en 2023, la Organización Mundial de la Salud estimaba que aproximadamente un 5% de la población adulta sufre de depresión. Sin embargo, es fundamental entender que esta condición es mucho más que simplemente "sentirse triste".

Las implicaciones de la depresión son profundas y abarcan diversas áreas de la vida de quien la padece. No solo afecta el estado de ánimo, sino que también impacta la motivación, el sueño, los hábitos alimenticios, las relaciones sociales e incluso la percepción del mundo que nos rodea. En este artículo, exploraremos cómo factores genéticos pueden aumentar la vulnerabilidad a la depresión, centrándonos en un reciente estudio que investiga cómo esta predisposición genética afecta el funcionamiento cerebral, incluso antes de que se manifiesten los síntomas.

Índice
  1. ¿Qué es el riesgo genético de depresión?
  2. El sistema de recompensa: nuestro motor interno de la motivación
  3. El estudio en detalle
  4. Resultados clave del estudio
  5. La importancia de los hallazgos del estudio
  6. Newsletter PyM
  7. La pasión por la psicología también en tu email

¿Qué es el riesgo genético de depresión?

Es crucial comprender que no existe un solo gen que determine si una persona desarrollará un trastorno depresivo mayor. Aunque se estima que la heredabilidad de la depresión es del 40%, hay múltiples factores que influyen en este proceso, tanto internos como externos.

Los científicos han desarrollado métodos para evaluar la predisposición genética a la depresión mediante lo que se conoce como puntuación de riesgo poligénico (Polygenic Risk Score, PRS). Esta medida cuantifica el impacto de varios genes asociados con la depresión, proporcionando una estimación de la probabilidad de que una persona desarrolle esta condición.

Sin embargo, obtener una puntuación alta en el PRS no garantiza que una persona padecerá depresión. En cambio, indica que, a nivel estadístico, existe una mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad en comparación con alguien que tiene una puntuación más baja.

En el estudio que examinaremos, se utilizó esta herramienta para medir el PRS en adultos jóvenes, con el propósito de investigar si el riesgo genético influía en el procesamiento de estímulos antes de que aparecieran los síntomas depresivos.

El sistema de recompensa: nuestro motor interno de la motivación

Antes de profundizar en el estudio, es esencial entender el papel que desempeña el sistema de recompensa en nuestro cerebro. Este sistema está compuesto por una red de estructuras neuronales que se activan ante estímulos gratificantes, generando sensaciones de placer y motivación.

El sistema de recompensa es crucial para el aprendizaje, la regulación del comportamiento y la formación de hábitos. En esencia, motiva a las personas a actuar. Cuando anticipamos una recompensa, el cerebro libera dopamina, lo que nos impulsa a repetir conductas que nos benefician.

En el contexto de la depresión, se ha observado que las personas con este trastorno presentan alteraciones en las respuestas del sistema de recompensa. Esto provoca una pérdida de interés en actividades que antes resultaban placenteras y dificulta la iniciación y mantenimiento de acciones orientadas hacia metas.

El estudio en detalle

Un equipo de investigadores de la Universidad de Yale llevó a cabo un estudio con 879 jóvenes adultos, entre 22 y 35 años, que eran gemelos o hermanos sanos, con 451 de ellos siendo mujeres. El objetivo era determinar la puntuación de riesgo poligénico (PRS) para la depresión mediante análisis genéticos.

Además, se realizaron resonancias magnéticas funcionales (fMRI) para evaluar la actividad cerebral mientras los participantes realizaban una tarea de apuestas, en la que podían ganar o perder dinero. Este tipo de tarea activa tanto el sistema de recompensa como el de castigo, lo que permite observar la respuesta cerebral ante diferentes resultados.

El equipo de investigación analizó cómo reaccionaban los cerebros de los participantes ante las victorias y derrotas y cómo esas reacciones se relacionaban con el riesgo genético de padecer depresión.

Resultados clave del estudio

Los hallazgos de este estudio revelaron aspectos significativos. En primer lugar, se observó que un mayor riesgo genético (PRS) para la depresión se relacionaba con una menor actividad en áreas cerebrales responsables de la toma de decisiones, la atención y el procesamiento de recompensas y castigos.

En particular, la corteza cingulada anterior mostró una conexión con la sensibilidad al castigo, pero no a las recompensas. Este hallazgo podría estar relacionado con la forma en que las personas interpretan las experiencias negativas, subrayando una discrepancia en la respuesta emocional y conductual ante situaciones que deberían ser gratificantes.

Otro punto relevante es que, aunque se encontraron patrones comunes en las respuestas entre hombres y mujeres, se identificaron diferencias en la actividad cerebral según el sexo, especialmente en el procesamiento de recompensas y castigos asociado con el PRS.

La importancia de los hallazgos del estudio

Los resultados de este estudio no solo son fascinantes porque ilustran la relación entre función cerebral y genética, sino que también sugieren un posible biomarcador temprano de vulnerabilidad a la depresión.

La capacidad de detectar cambios en la actividad del sistema de recompensa antes de que aparezcan los síntomas depresivos podría permitir a los profesionales de la salud implementar intervenciones más focalizadas en prevención.

Por ejemplo, las personas con un alto riesgo genético de desarrollar depresión podrían beneficiarse de programas de intervención que fortalezcan habilidades como la regulación emocional y la motivación. Además, se podrían establecer seguimientos individualizados para detectar señales de alerta de manera temprana.

Para profundizar más en el impacto de la depresión en el cerebro, te invitamos a visualizar el siguiente video, que ofrece información valiosa sobre cómo esta condición afecta las funciones cerebrales:

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