Descubre la sorprendente razón por la que mi hijo se niega a compartir sus juguetes y cómo solucionarlo

Es común observar a niños pequeños con dificultades para compartir sus juguetes, especialmente en entornos como parques o reuniones. Esta situación puede causar preocupación en muchos padres y madres, que tienden a interpretar esta conducta como un signo de egoísmo. Sin embargo, entender el fenómeno del compartir en la infancia requiere un enfoque más profundo que trasciende la simple etiqueta de "egoísta".
La capacidad de compartir no es innata; es una habilidad que se desarrolla con el tiempo y el contexto adecuado. A lo largo de este artículo, exploraremos los matices detrás de la resistencia de los niños a compartir y proporcionaremos herramientas y estrategias para ayudar a los adultos a guiar a sus hijos en este importante proceso de socialización.
¿Es realmente egoísmo?
La respuesta a esta pregunta es un rotundo no. Para entenderlo mejor, es importante considerar cómo la Real Academia Española define el egoísmo: como un "inmoderado y excesivo amor a sí mismo" que desplaza el interés por los demás. Los niños, en sus primeras etapas de desarrollo, no actúan desde un lugar de egoísmo consciente. Es crucial reconocer que existen dos factores que diferencian el comportamiento infantil de lo que comúnmente se entiende como egoísmo:
- Falta de intención: Los niños no están deliberadamente ignorando las necesidades de otros. Su comprensión del mundo es aún limitada y, por lo tanto, su comportamiento refleja más una etapa de desarrollo que una elección egoísta.
- Desarrollo cerebral: El cerebro infantil está en una fase de constante crecimiento. La capacidad para reconocer y responder adecuadamente a las emociones y necesidades de los demás se va formando gradualmente.
Según el psicólogo Jean Piaget, entre los 2 y los 7 años, los niños presentan un pensamiento egocéntrico, lo que significa que tienen dificultades para imaginar que otros pueden sentir o pensar de manera diferente. Este fenómeno explica por qué lo que los adultos interpretamos como egoísmo es, en realidad, una fase normal del desarrollo infantil.
¿Cómo se desarrolla la capacidad de compartir?
Compartir es una habilidad compleja que implica no solo la acción de entregar un objeto, sino también una serie de procesos mentales que incluyen la empatía, la regulación emocional y la teoría de la mente. A continuación, desglosamos las etapas del desarrollo que influyen en la capacidad para compartir:
- De 1 a 3 años: En esta etapa, los niños suelen jugar en paralelo. Aunque pueden estar cerca de otros niños, no suelen participar en juegos compartidos. Los juguetes son considerados extensiones de su ser, lo que dificulta el acto de compartir.
- De 3 a 4 años: Comienzan a entender la idea de turnos y a jugar en grupo. Aquí se inicia el desarrollo de la teoría de la mente, que les permite reconocer que otros tienen emociones y pensamientos distintos a los suyos, aunque compartir sigue siendo un desafío.
- De 5 a 6 años: Las habilidades sociales se consolidan. En esta fase, los niños son más capaces de negociar, esperar y tolerar la frustración. Se vuelven más propensos a compartir, ya sea por deseo propio, para cumplir con normas sociales, o para mantener amistades.
A medida que su corteza prefrontal se desarrolla, también lo hacen sus funciones ejecutivas, que son esenciales para regular emociones y controlar impulsos. Este desarrollo se extiende hasta aproximadamente los 20-25 años.
Compartir no es siempre ni con todos
Un estudio realizado en 2014 reveló que los niños no comparten de la misma manera con todas las personas. Su comportamiento se ajusta en función de quién es el destinatario y las circunstancias sociales. Observaciones indican que los niños son más generosos al compartir con aquellos con quienes tienen un vínculo emocional cercano.
Además, las normas sociales juegan un papel crucial. Por ejemplo, si un niño se encuentra en una situación donde se espera que comparta con alguien que tiene menos recursos, es más probable que lo haga. Esta adaptabilidad en el comportamiento resalta la importancia de la conexión emocional y el contexto social en la capacidad de compartir.
¿Qué podemos hacer los adultos?
Los estudios más recientes sugieren que la mejor manera de fomentar la capacidad de compartir en los niños no es forzarlos a hacerlo. En cambio, se recomienda utilizar el modelaje como estrategia clave. Aquí hay algunas acciones que los adultos pueden tomar:
- Ejemplo positivo: Los adultos pueden demostrar comportamientos de compartir en su vida cotidiana, lo que facilitará que los niños aprendan observando.
- Fomentar la empatía: Hablar sobre los sentimientos de los demás ayuda a los niños a comprender la importancia de compartir.
- Crear oportunidades de juego cooperativo: Organizar juegos que requieran colaboración puede facilitar la práctica del compartir.
- Reconocimiento: Celebrar los momentos en que un niño comparte voluntariamente un juguete refuerza esta conducta positiva.
Es vital que los adultos respeten el ritmo de desarrollo de los niños y les ayuden a anticipar situaciones donde puedan decidir compartir o guardar lo que consideran valioso.
Cosas que deberíamos evitar
Ahora que hemos aclarado que la dificultad para compartir no es un signo de egoísmo, es esencial evitar etiquetas negativas que puedan afectar la autoestima del niño. Aquí algunas cosas que deberíamos evitar:
- No etiquetar: Evitar llamar a los niños egoístas o malos, ya que esto puede impactar negativamente su desarrollo emocional.
- Evitar comparaciones: Comparar a un niño con otros puede llevar a sentimientos de insuficiencia y perjudicar su autoestima.
- No obligar a competir: Forzar a compartir puede generar frustración y resentimiento, lo que lleva al niño a compartir por presión y no por deseo.
Es nuestra responsabilidad como adultos informarnos sobre las etapas del desarrollo infantil. Las expectativas deben ser realistas, reconociendo que cada niño tiene su propio ritmo y que incluso nosotros, como adultos, no compartimos todo en nuestras interacciones.
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Para profundizar en este tema, te invitamos a explorar este video que ofrece estrategias concretas sobre cómo enseñar a los niños a compartir:
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